martes, 13 de septiembre de 2016

EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #249)


Arrodillándome a un lado del niño, buscaba tapar la botella de vidrio. El pequeño valiente, corazón de felino, ni siquiera soltaba el cuello, motivo por el cual se me hacía difícil introducir la media en el circular orificio. Pese a todo, su dedo pulgar impedía que esa cosa horrenda huyera del recipiente en busca nuevos espíritus. ¿Qué podía hacer ante semejante contratiempo? Con unas cosquillas traviesas en su axila izquierda le forzaba a soltar la botella de vidrio. El envase caía al suelo. Mis reflejos seguían vivos. Tan rápido como podía me apresuraba a tapar el orificio. ¡Lo tengo!, exclamaba buscando ojos testigos, alzando la botella como si fuera un trofeo, pero el mono sustraía mi premio con más maña que ratero.