domingo, 7 de octubre de 2018

VIETNAM, DOS AMERICANOS Y LA LUZ DEL DEMONIO (36ta. parte)



— ¡Detente! —ordenaba John, pellizcando su brazo derecho.
— ¿Y ahora qué?
—Presiento que no podemos seguir penetrando este subsuelo.
— No entiendo.
—Este túnel es un espanto y jamás encontrarían nuestros cuerpos. El fuego parece eterno pero hasta las estrellas se apagan en su debido momento.


N. del A.: he decidido pausar el desarrollo de esta historia dado que estoy escribiendo una novela y necesito concentrarme en eso.