lunes, 3 de abril de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #359)



Mis piernas se aquietaban, como si fuesen ajenas a las continuas órdenes que mi cerebro estresado, mandaba. Había logrado trepar la primera rama. Parado, me abrazaba al tronco como si fuese mi amada. Unas hormigas inofensivas se engarabitaban a mis brazos, confundiéndome con la añosa corteza que abrigaba toda la planta. Sudaba. El gato maullaba, motivándome a seguir con la hazaña. Por cierto no debía tomar un descanso. Entonces continuaba trepando, sin mirar hacia abajo. En tiempos pasados, hubiese preferido quedarme en el pasto, pero la vida me estaba cambiando, demasiado.