martes, 1 de mayo de 2018

VIETNAM, DOS AMERICANOS Y LA LUZ DEL DEMONIO (32da. parte)





— ¿Por qué lloras? —preguntaba John, sujetándole los brazos.
Las lágrimas de Jane caían como espinas por sus pómulos pronunciados, resquebrajados por el sol, surcados por el dolor, por los largos años.
— Estoy cansada de tanta guerra —respondía sollozando—, de tanta muerte, de tanto odio, por todos lados.
—Mira, la vida es demasiado interesante como para bajar ahora los brazos. He perdido esta batalla pero te he ganado a ti, y eso me basta.