miércoles, 14 de noviembre de 2018

ROBERTITO VIO A UN VIEJO PORDIOSERO…



Robertito vio a un viejo pordiosero y se le acercó. En el bolsillo del pantalón llevaba un billete, que más que un billete parecía un trozo de cartón. «No podrá comprar nada pero se sentirá mejor», pensó convencido mientras se lo entregó.
Cuatro horas después regresó a su casa habitación. De manera inexplicable la heladera estaba abierta y no había nada en su interior, excepto el mismo billete que al pordiosero había entregado para remediar su ansiedad de portar un valor.
Entonces, ¿qué pasó?
El hijo de Robertito estaba aprendiendo a escribir. Entre garabatos había logrado escribir la primera oración, que desgraciadamente era su dirección, en el mismo billete que más que un billete parecía un trozo de cartón.


FIN


Observación: esta historia surgió en mi cuenta de Twitter 

@JuanmaGiaccone