martes, 6 de septiembre de 2016

EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #241)


En esos instantes fuleros, de hondo pavor y desconcierto, reaparecía el niño indio. No podía verlo. Oía sus ladridos. Estaba molesto. Felizmente el espíritu maligno se alejaba de mi cuerpo. Sin embargo el mono seguía sentado en mi pecho. No hacía gestos. Su mirada ausente me hacía presumir que estaba poseído. Yo ya había perdido el vigor físico. No así las ganas de seguir viviendo. Mis músculos se habían contraído. Ni siquiera lograba inclinar el cuello.