domingo, 9 de octubre de 2016

EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #274)


Cinco recipientes cóncavos, de barro macizo y con asas adosadas al cuello, me hacían sospechar que en sus profundidades yacía algo muy horrendo. El olor era tan intenso que temía golpear mi cabeza contra el suelo. De hecho Sofía retrocedía unos metros. También había recipientes más pequeños. Curiosamente contenían alimentos: granos de maíz, papas con brotes en clara señal de envejecimiento. Asimismo algunos instrumentos. Para mis lamentos nada que pudiera meter en mi cuerpo. El zumbido de las moscas era eterno. Entraban y salían de las vasijas como si fueran su reino. El olor me estaba desvaneciendo. De una patada tumbaba un recipiente al suelo. El cuero cabelludo de un sujeto asomaba por el borde del vertedero para enseñarme que en su interior había cuerpos cadavéricos.