domingo, 16 de octubre de 2016

EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #285)


Arrodillado cual pecador, giraba las rodillas como si persiguiera el perdón divino de un noble superior. A unos diez metros de mi desolado espíritu estaba Sofía, que no se movía y hasta había perdido la voz, pero delante de su confusión había un mamífero de pelaje marrón y con una barba estrecha en su mandíbula inferior. Tenía cuernos curvados hacia el sol, que con todo su grandor resplandecía entre los cabellos sueltos de mi amor. La bestia me miraba con un odio que me hacía castañear los dientes de notorio pavor. No sé, como si me deseara lo peor. Yo no sabía si era el diablo o un cabrón enfurecido en busca de mi perdición. Me dolían todos los huesos. Como podía erguía mi esqueleto dado que el mamífero tomaba carrera en clara señal de un nuevo ataque tan desgarrador como feroz.