sábado, 21 de enero de 2017

EL IMPERIO DEL SOL (EPISODIO #329)


No podía quedarme sin nada, la curiosidad me incitaba a ponerme de pie y caminar esos pocos metros que me distanciaban de las risadas. Por momentos se les oía jugar con agua, como si se salpicaran. De más está decir que estábamos en presencia de agua. ¡Vaya milagro, suspiraba! Los pájaros albos me habían enseñado que la naturaleza puede orientar como un mapa, pero los tábanos sedientos me picaban en la cara, frenéticos de rabia. Cogiendo el cuello del gato, me paraba.