domingo, 5 de febrero de 2017

EL IMPERIO DEL SOL (EPISODIO #336)


No hallaba palo alguno por ningún lado. Tampoco piedras con algún filo generoso que me permitieran cavar un pozo para, finalmente, enterrarlo. El gato seguía mis pasos descaminados. Aún mordía ese pedazo de camisa que me hacía recordar mi corazón desgarrado. Me había quedado solo. Perdía los sesos, ella ya era mi pasado inmediato. Temía que algo malo le hubiese pasado. ¿Qué estaba haciendo? Volvía a paso rápido. La ira me hacía sentir un ser desasosegado. El mono seguía sangrando. Cubría su cuerpo con unos pastos que arrancaba del suelo como si fueran cabellos de un viejo depravado. Lagrimeaba, observando ese montículo de hierbas que el viento desarmaba para trastocarme y transformarme en ese cardo solitario que infelizmente había deseado. ¡Cuánta zozobra, mi vida se convertía en un castigo innecesario!