El
extraño camino nos sacaba del bosque, cruzando toda la pampa. La temperatura de
mi cuerpo iba en aumento. El cielo estrellado auguraba un buen tiempo. Me dolía
la panza. El hambre no cesaba. Apenas respiraba. A lo lejos me parecía entrever
una fogata. El mono seguía colgado de mi pierna como una araña.