jueves, 30 de junio de 2011

9 de julio de 1816: Declaración de la Independencia Argentina (10)

Todo suceso importante, relevante, merece (conlleva en muchas ocasiones) una celebración, un festejo, porque los hombres y mujeres hemos nacido para cumplir nuestras metas pero también para festejar. Considerando que un 09 de julio de 1816, en el Congreso de Tucumán se proclamó la existencia de una nueva nación libre e independiente, bien vendría reconocer con palabras lo sucedido el día después, el día que festejamos un acto patrio con absoluta libertad, una joven y promisoria libertad.

10) EL DÍA DESPUÉS: 10 DE JULIO DE 1816

El 10 de julio de 1816, se realizaron desfiles militares y por la noche se celebró una gran fiesta a la que concurrieron los congresales, el general Manuel Belgrano y numerosas damas y caballeros de Tucumán. Entre todas las mujeres presentes se eligió una reina. La corona le tocó a la hermosa rubia Lucía Aráoz, a la que todos comenzaron a llamar "la rubia de la patria".

Aquí un hallazgo interesante de "la rubia de la patria", publicado en "La Gaceta" de Tucumán, un 10 de octubre de 2009:

Lucía Aráoz - "La rubia de la patria"
Es conocido que los protagonistas de las guerras civiles de Tucumán, durante la década de 1820, fueron los coroneles Javier López, Bernabé Aráoz y Diego Aráoz. Los tres estuvieron, en diversos momentos, al frente del gobierno provincial. Pero sucedió que el 24 de marzo de 1824, siendo gobernador López, fue fusilado Bernabé Aráoz en la villa de Trancas.
En su "Ensayo histórico sobre el Tucumán"(1882), dice Paul Groussac que ante ese acto, la poderosa familia de Aráoz juzgó con enorme severidad, "la población previó una ola de desórdenes más terribles que los pasados". Y que, con el afán de conjurarlos, "entretejió una red novelesca que es característica de la época".
Don Diego Aráoz tenía una bella hija, Lucía. "Rubia, alegre y dorada como un rayo del sol", la gente la apodaba  "La Rubia de la Patria", cuenta Groussac. Agrega que "con razón o sin ella, se decía que el gobernador López no era insensible a sus encantos, aunque sin esperanzas de reciprocidad". Entonces, se asistió al "espectáculo aristofanesco de toda una ciudad ocupada en un casamiento político". Una unión López-Aráoz podía calmar los enconos.
Groussac narra que, entonces, "se persuadió a López de que Lucía se había dejado conmover; se hizo oír a don Diego la voz del patriotismo que no era indigno de escuchar"; y "en fin, después de innumerables mensajes y protocolos, el matrimonio fue arreglado y celebrado. Y es así como, hacia el año 24, los criollos Capuletos y Montescos dieron tregua a sus odios políticos, y los venerables burgueses de Tucumán hicieron poesía sin saberlo".
Doña Lucía tuvo un feliz matrimonio con don Javier, prolongado en ocho hijos. Duró hasta el 25 de enero de 1836, día en que López fue fusilado por orden del gobernador Alejandro Heredia. Fuente: "La rubia de la patria: Lucía Aráoz de López" (cliquear aquí)