sábado, 2 de septiembre de 2017

UNA BÚSQUEDA DESESPERADA (EPISODIO #404)


El búho volaba a ras del suelo, levantando polvo con su deslumbrante planeo, tan cadencioso, tan recto. Una de las paredes presentaba una abertura que despedía un rayo de luz bastante intenso. El búho se adentraba sin titubeos, como una bala de plomo dando en el blanco tras un disparo certero. No cabía duda, se trataba de un pasadizo secreto. Era un túnel de tierra, bastante estrecho, en el que sólo cabía un cuerpo. Internando la cabeza en el espacio hueco lograba verlo en el otro extremo, quieto como el manto azulado que el cielo tendía más allá de sus ojos hechiceros. Estimaba una veintena de metros. Me mordía los labios, sonreía en placentero silencio. Quería escapar de ese antro horrendo. Entonces yo entraba primero, gateando cual niño en busca de su ansiado sonajero.