domingo, 31 de julio de 2011

José de San Martín: la etapa peruana (7)

En la publicación anterior, habíamos comentado que el general San Martín se había trasladado a Buenos Aires para conseguir del gobierno un préstamo que le permitiera costear los gastos de la Expedición Libertadora del Perú. Pueyrredón le había prometido 500.000 pesos pero no pudo cumplir por las luchas internas que se habían desatado entre Buenos Aires y los caudillos federales. Resultado: San Martín renuncia a la jefatura del ejército. Ante este hecho, el Directorio le envió 200.000 pesos. Junto a la ayuda financiera obtenida de O’Higgins, lograron armar una escuadra, prácticamente comprada en Gran Bretaña.

El Gobierno de Chile determinó que San Martín sería el comandante en jefe de la expedición, que navegaría bajo bandera chilena. Finalmente San Martín fue designado general en jefe del Ejército de Chile, y general del mismo, siéndole conferido ad honorem el grado de Capitán General del ejército de Chile un par de días después. Cuando se disponía a reanudar la campaña al Perú recibió la orden del Directorio de marchar con su ejército hacia el Litoral Argentino para combatir a los federales de Santa Fe y Entre Ríos. San Martín se negó y, ante la insistencia, respondió con el silencio. En febrero de 1820, la victoria del Partido Federal provocó la caída del Directorio de las Provincias Unidas, quedando el país sin gobierno central. Esta situación dejó sin respaldo legal su autoridad, por lo que San Martín renunció frente a los oficiales argentinos, pero éstos rechazaron su renuncia.

Finalmente, el 20 de agosto de 1820San Martín partía junto a la expedición desde Valparaíso hacia el Perú. La expedición estaba constituida por alrededor de 4.500 hombres, todos pertenecientes al Ejército libertador de los Andes y al Ejército de Chile, de los cuales 1.600 eran marinos. Se embarcaron en ocho navíos de guerra y dieciséis transportes. La mayor parte de los oficiales eran argentinos y los jefes navales de orígenes varios, destacándose los británicos, franceses y argentinos.

Expedición al Perú en navíos de guerra
De acuerdo con todo lo leído hasta el momento, podríamos concluir que San Martín solía acudir a la renuncia explícita para lograr sus cometidos, y no le iba mal.