martes, 13 de febrero de 2018

VIETNAM, DOS AMERICANOS Y LA LUZ DEL DEMONIO (14ta. parte)



— Muchas gracias por dejarme vivir. Efectivamente soy demasiado joven para morir.
Jane no respondía, tan sólo se limitaba a encañonarlo con el sanguinario fusil.
— ¿Eres una espía?
— ¿Eres un soldado estadounidense?
— Vamos, Jane, eres demasiado bonita para vivir aquí. ¿A qué te dedicas?
— Soy actriz.
— Y yo soy mamporrero. ¿Por qué no bajas mi fusil? Me pone muy nervioso verte así.