El tenebroso túnel de Charlie infligía una honda congoja,
temor y sufrimiento. John sentía miedo, pero como era hombre —y ya había
aniquilado a varios opuestos— no contagiaba sus perturbados sentimientos. El
miedo es una enfermedad cuando tu vida precaria puede tener fecha de
vencimiento. No es poca cosa caminar bajo tierra, penetrando la hostil oscuridad
sin saber lo que depara el próximo metro. Cuando convives con la muerte te
conformas con sufrir menos. “If you can't take the heat, get out of the
oven”. Siempre
es preferible morir baleado que por el fiero fuego. Metros arriba las
endemoniadas bombas de Napalm seguían ardiendo, donde los hombres enfrentados
se despachaban por objetivos siniestros. Afortunadamente el suelo llano estaba
seco. Los obreros de Charlie sabían cavar como avezados topos del antro de los
muertos.