Sus
cabellos ya no danzaban con el viento. Tras atravesar unos pastos más altos que
mi pescuezo, se detenía elevando las manos hacia el horizonte inmenso que, soberbiamente,
posaba para mis ojos tensos. No veía sus gestos, motivo por el cual desconocía
si su rostro reflejaba desasosiego. Por las dudas cogía un palo, y ocultando
los dientes me adentraba en los pastos altaneros, dispuesto para garrotear
cualquier ser hambriento que atinara a saciar los deseos de su estómago
carnicero.
domingo, 30 de octubre de 2016
sábado, 29 de octubre de 2016
EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #298)
Mi
reina salía corriendo. Yo la miraba, quieto. Juro por mis oídos que ningún
relincho había rozado mis tímpanos. Entrando en calor comenzaba a seguir sus cabellos
al viento. Se desplazaba tan rápido que me preocupaba perder de vista la
silueta de su cuerpo esbelto. Nos distanciaban unos treinta metros. Tal vez menos.
Ella me gustaba más que sus besos. «Te quiero», declaraba en silencio, con el
corazón en el cuello y una gota de sudor surcando los vellos de mi pecho. Me
ponía a prueba en todo momento.
miércoles, 26 de octubre de 2016
EL RENACIMIENTO DE UN IMPERIO (EPISODIO #297)
—
¿Has oído? —me preguntaba, dándome un motivo para dar medio giro.
—
¿Qué cosa?
—El
relincho.
—
¿Estás segura?
—
¡Es Ringo!
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