lunes, 16 de octubre de 2017

EL INFIERNO MÁS TEMIDO



15 de agosto de 1945. Un gélido viento invernal azotaba las esculturas del desolado cementerio. Los ángeles de mármol tiritaban de frío, postergando su largo duelo. Cuerpos sin dueño. Los gatos suelen merodear por los sepulcros que abandonan las almas sin un mínimo remordimiento. Candelabros de siete brazos, y en una bóveda estaba Luis, encerrado en un féretro, con los pulmones estropeados, asfixiado en su propio miedo: no lo habían velado, su familia lo daba por muerto.


FIN