miércoles, 17 de agosto de 2011

Me llamo soja, soya o Glycine max, y quiero dirigirles unas meras palabras

Plantas de soja

Buenas noches. Todos mis hermanos están descansando, soy un grano de esa planta verdosa que ahora contemplan en la imagen de la fotografía. Mis hermanos descansan porque, si bien nos hemos quedado desamparados, ahora esperamos el momento oportuno de ser cultivados. Estamos todos apilados en el interior de una enorme estructura construida de metal que los seres humanos suelen denominar "silo". Unos parientes cercanos están en la misma condición que nosotros pero dentro de un silo de hormigón.

Como soy el grano de soja más rebelde del grupo, numeroso por cierto, he decidido apartarme por unos minutos para sentarme en la silla donde Juanma tiene instalada su computadora, y dejar bien en claro que gracias a nuestro esfuerzo tenemos, en gran medida, un país con una balanza comercial favorable (o con superávit como también suelen decir los seres humanos), y no somos ningún yuyo, nos fascina financiar hospitales y equiparlos (aunque no nos destinen como nosotros quisiéramos), nos encanta facilitar la construcción de escuelas (para que los chicos del presente y del futuro puedan aprender a leer y escribir), también nos alegra destinar parte de nuestra producción a las asignaciones universales por hijo (exigimos que no les falte el pan a ninguna familia), pero nos disgusta sobremanera que nos subestimen, que nos llamen yuyo, o yuyito, que ni siquiera nos digan "gracias", merecemos eso y mucho más, porque ustedes no saben lo fastidioso, enfadoso y molesto que resulta pasar jornadas enteras durante meses y meses a la intemperie, al rayo del sol, muchos veces soportando lluvias torrenciales que nuestros amigos, los productores, espantan mediante rezos cuando se las ven venir (así hablan ellos, nosotros imitamos sus modos de hablar). En fin, amamos este país llamado ARGENTINA, sus tierras son fértiles, ubérrimas, generosas, pero queremos respeto, lo merecemos.

Sepan disculpar pero, en el nombre de todos mis hermanos, los granos de soja, por supuesto, necesitaba descargar este malestar que siempre me aqueja (y nos pesa): aún no contamos con una psicóloga con liderazgo que nos escuche como debería escucharnos.

Vamos Argentina, los quiero un montón, a los extranjeros también.

Ah, lo olvidaba, el autor de este blog dejó abierta su página de estadísticas; de acuerdo con los reportes, el número de visitas en el día de ayer ha sobrepasado las 780: todo un récord

Los productores están haciendo rotación de cultivos, cuidan nuestros suelos porque son unos patriotas pero volveremos y seremos millones (de granos y de dólares convertidos en pesos argentinos).

Me retiro ahora mismo porque oí ruidos cercanos. Saludos de soya (o Glycine max).